jueves, 12 de julio de 2012

SÍNTESIS DE LA FILOSOFÍA DE ORTEGA Y GASSET


SÍNTESIS DE LA FILOSOFÍA DE ORTEGA Y GASSET

A.- PERIODIZACIÓN DE LA OBRA:

             Los analistas de la obra de Ortega distinguen tres periodos en su producción filosófica:

                1.- Periodo objetivista (1910-1914), caracterizado por la influencia de la filosofía neokantiana, en el que Ortega pretende integrar la auténtica tradición española con la cultura científica europea. Nuestro autor sostiene que mientras que “España es el problema, Europa es la solución” y que mientras que “ Europa es la ciencia, España es la inconsciencia”. Influido por Husserl, Ortega recomienda “ir a las cosas mismas”, propugnando la objetividad.

                2.- Periodo perspectivista (1920-1923), donde desarrolla la teoría de la interdependencia entre el yo y sus circunstancias “Yo soy yo y mis circunstancias”, definiendo el conocimiento como perspectiva.

                3.- Periodo raciovitalista, desde 1923 en adelante, en el que Ortega concibe la vida como realidad radical, síntesis de las verdades unilaterales del realismo antiguo y el idealismo moderno, a cuyo servicio ha de estar la razón.

     B.- DEFINICIÓN ORTEGUIANA DE FILOSOFÍA

           En “¿Qué es filosofía?”(1929), define Ortega la filosofía como el afán por conocer la totalidad de la realidad, pretensión heroica que distinguiría a la filosofía de las ciencias particulares, como la matemática o la física, que acotan una parte de la realidad, la extensión o las cosas físicas respectivamente,  para someterla a investigación, asumiendo una serie de presupuestos sobre ella y adoptando un método específico. A diferencia de las ciencias particulares, a las que les es dado su objeto, la filosofía, como decía Aristóteles, ha de buscarlo. Por ello, la filosofía es la ciencia que se busca
           La filosofía, por pretender conocer todo cuanto hay, se caracteriza por la suficiencia, completitud y ultimidad, a diferencia de las ciencias particulares, que, aunque exactas, como las matemáticas, no son suficientes ni completas, por estudiar una parte de lo real y no todo cuanto hay.
La filosofía se define, pues, por las notas de pantonomía, pretensión de conocer todo cuanto hay, y autonomía, por no asumir supuestos previos acerca de la naturaleza de lo que hay.

          La filosofía se distinguiría de la mística, que pretendene conocer lo Absoluto, porque aquélla es teoría, conocimiento conceptual y enunciable de la totalidad de lo real, mientras que ésta, renuncia a la teoría, al concepto y al lenguaje para expresar el supuesto conocimiento de Dios. Por ello, mientras que la filosofía dice el ser (ontología), la mística calla sobre el conocimiento unitivo de Dios. A diferencia de la mística, pues, “la filosofía quisiera ser un secreto a voces.”    

    C.- CRÍTICA Y SUPERACIÓN ORTEGUIANA DEL REALISMO Y DEL IDEALISMO: LA VIDA COMO REALIDAD RADICAL.

          Ortega critica tanto el realismo característico de la filosofía antigua y medieval, cuanto el idealismo de la edad moderna, inaugurado por Descartes, considerándolos como posiciones metafísicas unilaterales e insuficientes.

          El realismo (Platón, Aristóteles, Sto Tomás) se caracterizaba por los siguientes supuestos ontológicos: 1) la realidad es externa al sujeto que la conoce y trascendente a él, 2) la realidad es independiente del sujeto, es decir, existe aunque el sujeto no la perciba, 3) la realidad puede ser conocida por el sujeto, sensorial y/o intelectualmente, consistiendo la verdad en la adecuación entre el pensamiento y la cosa.

         El idealismo, que inaugura Descartes, a su vez, se basa en los siguientes supuestos: 1) la realidad cuya existencia es indudable es el pensamiento, el sujeto pensante (“pienso, luego existo"), 2) la realidad “formaldepende, es dependiente del sujeto que la percibe, 3) en principio no sabemos a ciencia cierta si las ideas que tenemos de las cosas (“la realidad objetiva”) se corresponden adecuadamente a lo que las cosas son en sí mismas (“realidad formal”), 4) para Berkeley y el idealismo, la realidad se reduce a idea, a pensamiento del sujeto.

       Ortega analiza y critica los supuestos ontológicos del realismo y del idealismo, considerándolos unilaterales, sólo parcialmente verdaderos. Está de acuerdo con el realismo en la tesis que sostiene que la realidad es externa al sujeto que la percibe, pero discrepa de él cuando el realista  sostiene que la realidad es independiente del sujeto. Está de acuerdo con el idealismo cuando éste afirma la  existencia indubitable del sujeto pensante, pero discrepa de él, cuando afirma que la realidad se reduce a idea, pues mientras que,v.g. el gato real puede arañarnos, la idea de gato no araña. Por tanto, frente al idealismo, Ortega defiende que las ideas que tenemos de las cosas, lo que Descartes llamaba “realidad objetiva” son distintas de las cosas mismas “realidad formal” cartesiana.

      Nuestro autor concluye, pues, que no hay que reducir el sujeto a mera cosa entre las cosas del mundo, como hacía el realismo filosófico, ni los objetos a ideas del sujeto, como hacía el idealismo. No existen sólo los objetos o cosas (realismo), tampoco existe sólo el sujeto y las ideas de éste (idealismo), lo que realmente existe, la realidad radical, es la coexistencia y la interdependencia del sujeto con el objeto, del yo y del mundo. El mundo de las cosas  es y está ante el yo que los ve, el yo, el sujeto, está en y ante los objetos que constituyen su mundo, rodeado por las cosas del mundo. Yo veo  los objetos del mundo, sin ellos no existiría mi ver, no existiría el yo que los ve, pero sin sujeto no existiría el mundo.

      Ortega llama vida a la realidad radical, a la coexistencia e interdependencia entre el yo y el mundo, entre el yo y sus circunstancias y considera que la filosofía ha de basarse en la realidad radical que es la vida y no meramente en las cosas del mundo (realismo) o en el pensamiento o el yo (idealismo).       

D.- ATRIBUTOS O CARACTERÍSTICAS DE LA VIDA

            La vida es, pues, la realidad radical. La vida es más evidente que el pensamiento (idealismo), que no es más que una función de la vida, que sirve al viviente para orientarse en el mundo, para "saber a qué atenerse en él" y es más evidente que el mundo (realismo), pues sin mi yo, las cosas no estarían ahí. Por ello, la vida es el fundamento de la realidad y de la filosofía.

        Pero la vida no es una realidad abstracta y descarnada, sino concreta, personal e intransferible, es la vida de cada cual. Por ello, la vida no puede ser conocida por las ciencias particulares, como la biología, la psicología o la sociología, sino sólo por la filosofía, que aportaría una perspectiva no reduccionista de la vida, la realidad radical.

       En “¿Qué es filosofía?”, el autor madrileño atribuye a la vida las siguientes características:
       1.- La vida es lo que somos y hacemos
            Influído por el historicismo de Dilthey, Ortega considera que el hombre no tiene naturaleza, sino historia, considerando, de forma parecida a Marx, que el hombre es el producto de su propia actividad práctico-productiva (praxis). Anticipándose a Sartre, quien sostuvo que la existencia precede a la esencia, nuestro autor considera que lo que llegamos a ser es el resultado de lo que hacemos y de lo que dejamos de hacer.
       2.- La vida tiene un carácter evidencial
             La vida es autoconciencia, conciencia de sí, como decían Hegel, quien definía al hombre como un “ser para sí” y Sartre, quien lo definió como “être pour soi”. La autoconciencia es lo que distingue al hombre de la piedra, que no es consciente de sí misma. Aunque Ortega considera que la autoconciencia se alcanza gracias a los otros.

       3.- Vivir es encontrarse en el mundo
             “Vivir, es, en suma, dice Ortega, encontrarse  a sí mismo en el mundo, ocupado con las cosas y los seres del mundo”, como también mantuvo Heidegger, quien definió al existente  humano (“Dasein”= “estar ahí”) por su “estar en el mundo” (in der Welt sein), mundo al que somos arrojados sin nuestra previa anuencia.
       4.- La vida es posibilidad: fatalidad en la libertad y libertad en la fatalidad.
             Una vez arrojados al mundo (la Geworfenheit heidegeriana),  se abren ante nosotros varias posibilidades, podemos hacer varias cosas, pues la vida  humana no está predeterminada como la trayectoria de una bala una vez disparada por el fusil, sino que es posibilidad, libertad condicionada por las circunstancias que nos ha tocado vivir, pero no determinada por ellas, de modo que también la acción de las personas puede modificar las circunstancias: “La vida es libertad en la fatalidad y fatalidad en la libertad.”   
       5.- La vida es decisión
            Precisamente porque el hombre no tiene una naturaleza o esencia fija e inmutable, sino que como decía Hegel “es lo que no es y no es lo que es”, porque la vida humana es posibilidad, es también decisión, tenemos que decidir lo que vamos a hacer con nuestra vida y, en consecuencia, lo que vamos a ser.
       6.- La vida es futurición y proyecto
            Porque podemos y debemos decidir qué queremos ser, nuestra vida consiste en anticipar y proyectar qué queremos hacer y ser en el futuro, por lo que vivimos el presente anticipando nuestro futuro.
      7.- La vida es preocupación
            Debido a que queremos ser algo y a que en cada instante tenemos que decidir qué hacer para conseguir el fin que nos hemos propuesto, nuestra vida no es sólo ocupación sino preocupación:”En cada instante tenemos que decidir lo que vamos a hacer en el siguiente, lo que va a ocupar nuestra vida, es pues, ocuparse por anticipado, es preocuparse”.

       E.- EL RACIOVITALISMO DE ORTEGA: LA RAZÓN VITAL

              La teoría de las generaciones y el cambio histórico
            La vida, la realidad radical, puede ser la vida de un individuo, de un pueblo o de una generación. Por generación, el concepto más importante de la historia, entiende Ortega: “una variedad humana en el sentido riguroso que al concepto de variedad dan los naturalistas. Los miembros de ella vienen dotados al mundo de ciertos caracteres típicos, disposiciones, preferencias que les prestan una fisonomía común, diferenciándolos de la generación anterior” Ortega. ¿Qué es filosofía?.

           En cada momento histórico conviven tres generaciones: la generación joven, la adulta y la vieja: En todo presente”…coexisten tres generaciones: los jóvenes, los hombres maduros, los viejos. Porque esto significa que toda actualidad histórica, todo “hoy” envuelva en rigor tres tiempos distintos, tres “hoy” diferentes, o dicho de otra manera, que el presente es rico de tres grandes dimensiones vitales, las cuales conviven alojándose en él, quieran o no”. O. ¿Qué es filosofía” Estas tres generaciones sustentan sus perspectivas diferentes de la realidad, que por ser diferentes se encuentran en “esencial hostilidad”. Si Marx concebía el cambio social e histórico como resultado de la lucha de clases, Ortega interpretará  el cambio histórico como efecto del conflicto intergeneracional: “”Hoy”es para unos veinte años, para otros cuarenta y para otros sesenta y esto, que siendo tres modos de vida tan distintos, tengan que ser el mismo” hoy”, declara sobradamente el dinámico dramatismo, el conflicto y la colisión que constituye el fondo de la materia histórica de la convivencia actual” Ibidem. A lo anterior se añade que en cada una de las tres generaciones que conviven en cada momento hay una diversidad y oposición interna entre la élite y las masas. Así, cada generación:” no es un puñado de hombres egregios, ni simplemente una masa: es como un nuevo cuerpo social íntegro, con su minoría selecta y su muchedumbre, que ha sido lanzado sobre el ámbito de la existencia con una trayectoria determinada”Ortega. El tema de nuestro tiempo.

            Las generaciones, que se suceden cada quince años, contienen tanta identidad como diferencia, distinguiéndose en ellas el grupo de los pro y el de los contra, los selectos y los vulgares. En función de la actitud que cada generación adopta ante la circunstancia que le ha tocado vivir y ante la tradición, surgen dos tipos de épocas: las cumulativas, caracterizadas por la continuidad y las eliminatorias o polémicas, marcadas por la ruptura, la heterogeneidad y la innovación generacional.

          Ideas y creencias
          Para vivir el sujeto viviente, sea un individuo, una generación, un pueblo, tiene que interpretar la realidad, tiene que pensar para saber a qué atenerse en relación al mundo y a la circunstancia que le ha tocado vivir. Del pensar las circunstancias surgen las diversas interpretaciones del mundo, el conjunto de ideas y creencias que configuran el “horizonte vital o mundo”. Pero Ortega distingue entre ideas y creencias. Las ideas son los pensamientos que se nos ocurren, ocurrencias más o menos verdaderas que podemos analizar, adoptar o imitar. Las creencias están en nosotros dando forma a nuestros pensamientos. Más que tenerlas nosotros, nos tienen ellas a nosotros. Hasta cierto punto, dominamos nuestras ideas, pero somos dominados por nuestras creencias, que son compartidas por los miembros del grupo social. Constituyen el "sentido común" compartido por la comunidad de una determinada época. Creamos ideas cuando vacilan las creencias y aquéllas pueden convertirse en éstas cuando llegan a ser aceptadas por la comunidad.

              La razón vital
          Inspirándose en Nietzsche (1844-1900), G.Simmel (1858-1918) y el pragmatismo, influido a su vez por el evolucionismo darwinista, concibe Ortega a la razón como una función de la vida, como un instrumento al servicio de la vida: ”No es, pues, la vida para la inteligencia, la ciencia, la cultura, sino al revés: la inteligencia, la ciencia, la cultura no tienen más realidad que la que les corresponda como utensilios de la vida”. La razón es la que ha creado la cultura (religión, arte, filosofía, ciencia etc)  como un instrumento al servicio de la vida, pero en el curso de la historia de occidente, como consecuencia del racionalismo de Sócrates, la cultura acabó por oponerse a la vida, controlándola y dominándola. Para enmendar este error, Ortega propone crear una nueva cultura biológica que, en lugar de oponerse a la vida, se ponga a su servicio. Por ello, nuestro autor critica al racionalismo, que redujo la razón a razón pura, al margen de la vida y propone una razón vital que esté al servicio de la vida, una razón afirmativa de la vida y no negativa como en el budismo, que considera la vida como un mal del  que hay que sustraerse mediante el nirvana, o el cristianismo, que devalúa la vida terrenal, o el progresismo, que reduce el presente a mero tránsito hacía un futuro radiante.
       Esta razón vital no es una realidad abstracta, es la razón de un sujeto viviente que ha de interpretar su circunstancia para saber a que atenerse con ella. Por ello, la razón vital es una razón histórica, que ha de interpretar mediante esquemas conceptuales las circunstancias en las que se desenvuelven la vida de las personas, generaciones y pueblos, pero no es una razón extrahistórica que, como la hegeliana se cumpla inexorablemente, de forma independiente a la voluntad de los individuos. La razón vital orteguiana es, por ello, una razón a posteriori., dependiente de la interacción, como decía Marx, entre los hombres y las circunstancias.     

        F.- RACIOVITALISMO Y PERSPECTIVISMO: LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO

      El perspectivismo, la teoría del conocimiento de Ortega, se basa en su raciovitalismo, para el cual, la realidad radical es la vida, en la que confluyen el yo y la circunstancia, el sujeto y el objeto. El conocimiento es, pues una relación entre el sujeto que conoce, el yo, y el objeto conocido, el mundo, la circunstancia. Si falta uno de los polos no hay conocimiento. Pero como la vida no es una realidad abstracta y ahistórica, sino que es la vida de un sujeto real, histórico, que vive en un lugar y en una época histórica determinada, el conocimiento que dicho sujeto tenga del mundo será sólo una perspectiva que le mostrará ciertas facetas del mundo, pero no toda la realidad. El conocimiento del objeto por el sujeto dependerá de la perspectiva desde la que aquél se muestre a éste.

      En “El tema de nuestro tiempo”, presenta Ortega el perspectivismo como una síntesis integradora y superadora de las verdades unilaterales del racionalismo y del relativismo. El relativismo sostiene que no hay verdades absolutas, sino sólo relativas a las perspectivas subjetivas, posición que se autorrefuta, pues si toda verdad es relativa, también será relativa dicha afirmación. El racionalismo sostiene que hay una verdad absoluta e invariable, cosa que sólo sería posible si existiese un sujeto absoluto, abstracto y ahistórico, pero tal sujeto absoluto no existe. El perspectivismo orteguiano sostiene que  no existe la perspectiva absoluta, la verdad absoluta, desde la que pudiera juzgarse como ilusorias y falsas las perspectivas de los individuos particulares y concretos, pues no existe tal sujeto racional abstracto, ahistórico y absoluto que pudiera acceder a ella. Ortega entiende, pues, que, si no existe dicha perspectiva absoluta de la realidad, el conocimiento de la realidad circunstancial exigirá la integración de las diversas y divergentes perspectivas que los diversos sujetos tengan de la realidad:
“Todo conocimiento lo es desde un punto de vista determinado. La species aeternitatis de Spinoza, el punto de vista absoluto, no existe propiamente: es un punto de vista ficticio y abstracto” Ortega. El tema de nuestro tiempo

“Cada vida es un punto de vista sobre el universo. En rigor, lo que ella ve no puede verlo otra. Cada individuo –persona, pueblo, época- es un órgano insustituible para la conquista de la verdad. He aquí como ésta, que  por sí misma es ajena a las variaciones históricas, adquiere una dimensión vital. Sin el desarrollo, el cambio perpetuo y la inagotable aventura que constituye la vida, el universo, la omnímoda verdad, quedaría ignorada. El error inveterado consistía en suponer que la realidad tenía por sí misma, e independientemente del punto de vista que sobre ella se tomara, una fisonomía propia. Pensando así, claro está, toda visión de ella desde un punto de vista determinado no coincidiría con ese su aspecto absoluto y, por tal razón, sería falsa. Pero es el caso que la realidad, como un paisaje, tiene infinitas perspectivas, todas ellas igualmente verídicas y auténticas. La sola perspectiva falsa es la que pretende ser la única” Ortega. El tema de nuestro tiempo.

    F)SOCIEDAD Y POLÍTICA

    Interpretación aristocrática y elitista de la sociedad y de la historia

    Ortega desarrolló una teoría elitista de la sociedad y de la historia en la línea de Pareto, Michels y Mosca, al distinguir en toda sociedad dos elementos heterogéneos: la minoría selecta, caracterizada por la calidad y las masas,caracterizadas por la cantidad:"La sociedad es siempre una unidad dinámica de dos factores: minorías y masas. Las minorías son individuos o grupos de individuos especialmente cualificados. La masa es el conjunto de personas no especialmente cualificadas. No se entiende, pues, por masa, sólo ni principalmente las "masas obreras". Masa es el "hombre medio"..."De este modo se convierte lo que era meramente cantidad-la muchedumbre- en una determinación cualitativa: es la cualidad común de lo mostrenco social, es el hombre en cuanto no se diferencia de los otros hombres, sino que repite un tipo genérico" Ortega. La rebelión de las masas.
    Como se ve, la interpretación de la  sociedad y de la historia orteguiana es radicalmente aristocrática, porque, no sólo dice que:"...la sociedad humana debe ser aristocrática", sino que afirma que:..."la sociedad humana es aristocrática siempre, lo quiera o no, por su esencia misma, hasta el punto de que es sociedad en la medida en que sea aristocrática y deja de serlo en la medida en que se desaristocratice". Ibidem.

    La rebelión de las masas
        En su célebre ensayo "La rebelión de las masas" (1927), Ortega considera que aunque las masas no deberían regir ni su propia vida, ni la sociedad, han llegado a la plenitud de su poderío social en el continente europeo con la "rebelión de las masas"".

    La rebelión de las masas, considerada por Ortega como un proceso social resultado de la expansión de la democracia liberal y del industrialismo, posibilitado, a su vez, por el desarrollo de la técnica, considerada por Ortega como síntesis del capitalismo y de la ciencia, es un fenómeno ambivalente, en el que nuestro autor ve una "subida del nivel histórico" y un "aumento de la altura de la vida", consecuencia de la mundialización y que puede ser tránsito hacia una nueva y sin par organización de la humanidad o hacia la catástrofe.

    Ortega caracteriza al hombre-masa y a la "vida vulgar" contraponiéndolos a la minoría selecta y a la "vida noble". La vida noble se caracteriza por el esfuerzo, por la disciplina, la autoexigencia, la obligación y la servidumbre a valores trascendentes, mientras que la vida vulgar del hombre masa se caracteriza por la autosatisfacción, por no exigirse nada a sí mismo, por la inercia, la comodidad y el conformismo. El hombre masa se caracteriza, además por los siguientes rasgos: es un hombre hecho de prisa, a base de unas cuantas abstracciones, por lo que es idéntico en las diferentes partes de Europa, carece de historia, está dominado por los "idola fori", los prejuicios de la plaza pública, carece de un yo íntimo, sólo tiene apetitos, cree que sólo tiene derechos, pero no obligaciones, padece el síndrome del niño mimado, es ingrato ante los que le han legado la herencia de confort de la que disfruta, sólo se interesa por los beneficios que le proporciona la ciencia, pero no por la ciencia en sí y considera fetichistamente, que la civilización es algo natural, olvidando el esfuerzo que ha costado crearla.
    La rebelión de las masas consiste en que las masas, pese a la evidente ley de la "física social" de que la misión de las masas es ser dirigida por las élite, no aceptan su destino subordinado y se inmiscuyen en todos los asuntos que antes dominaban las élite.

    Origen y naturaleza del Estado-Nación: nacionalismo y nacionalización.
    Se ocupa también el liberal Ortega del Estad, al que considera una máquina creada por la sociedad para vivir mejor, pero que ha acabado por separarse y oponerse a la sociedad, a la que ha acabado por poner a su servicio. Así, el Estado se ha convertido en el peor peligro para la espontaneidad y la creatividad individual, pues cuando coinciden Estado y hombre-masa, éste cree que el Estado es cosa suya, por lo que le pedirá al Estado que le resuelva todos los problemas que se le presenten.

    Aristotélicamente, describe Ortega el origen endógeno del Estado como resultado de la asociación de aldeas y comunidades naturales, pero lo define después como obra de la imaginación. "El Estado comienza por ser una obra de imaginación absoluta.La imaginación es elpoder liberador que el hombre tiene: Un pueblo es capaz de Estado en la medida en que es capaz de imaginar" Ibidem.
    Ortega de adhiere a la noción de nación de Renan, definida por el historiador francés como ""plebiscito cotidiano", definiéndola más como "programa común a realizar", que por la sangre, el idioma o las "fronteras naturales, como el nacionalismo étnico romántico:"El Estado no es consanguinidad, ni unidad lingüística, ni unidad territorial,ni contigüidad de habitación. No es nada material, inerte, dado, limitado. Es un puro dinamismo -la voluntad de hacer algo en común- y merced a ello, la idea estatal no está limitada por término físico alguno" Ibidem.
    Positivamente, Ortega define el Estado en los siguientes términos:"El Estado es siempre...la invitación que un grupo de hombres hace a otros grupos humanos para ejecutar juntos una empresa. Esta empresa...consiste a la postre en organizar un cierto tipo de vida en común. Estado y proyecto de vida, programa de qué hacer o conducta humana, son términos inseparables." Ibidem.

    El autor madrileño contrapone nacionalismo, al que considera exclusivista, nostálgico, conservador y reaccionario, a nacionalización, caracterizada por el carácter inclusivo y por la tarea de superarlos Estados nacionales europeos, considerados por Ortega como recintos que confinan y reprimen la mayor libertad vital actual, que conservaría la pluralidad y la riqueza de éstos. En  plena dictadura de Primo de Rivera y en un contexto histórico internacional caracterizado por la conquista del Estado italiano por el fascismo de Mussolini, en el que se está forjando el nazismo hitleriano en Alemania y el fascismo español (José Antonio Primo de Rivera fundo "El Fascio", la revista de Falange en 1933, y por el temor de la burguesía internacional a la extensión de la Revolución Comunista, Ortega manifiesta su fe en la idea de construir Europa como un Estado nacional, advirtiendo que sólo este proyecto puede oponerse al triunfo del comunismo de los planes quinquenales.  

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