SÍNTESIS DE
LA FILOSOFÍA DE
ORTEGA Y GASSET
A.- PERIODIZACIÓN DE LA
OBRA :
Los analistas de la obra de Ortega distinguen tres
periodos en su producción filosófica:
1.-
Periodo objetivista (1910-1914),
caracterizado por la influencia de la filosofía neokantiana, en el que Ortega
pretende integrar la auténtica tradición española con la cultura científica
europea. Nuestro autor sostiene que mientras que “España es el problema, Europa
es la solución” y que mientras que “ Europa es la ciencia, España es la
inconsciencia”. Influido por Husserl, Ortega recomienda “ir a las cosas
mismas”, propugnando la objetividad.
2.- Periodo perspectivista
(1920-1923), donde desarrolla la teoría de la interdependencia entre el yo y
sus circunstancias “Yo soy yo y mis circunstancias”, definiendo el conocimiento
como perspectiva.
3.- Periodo raciovitalista,
desde 1923 en adelante, en el que Ortega concibe la vida como realidad radical, síntesis de las verdades unilaterales
del realismo antiguo y el idealismo moderno, a cuyo servicio ha de estar la
razón.
B.- DEFINICIÓN ORTEGUIANA DE FILOSOFÍA
En “¿Qué es filosofía?”(1929),
define Ortega la filosofía como el afán por conocer la totalidad de la
realidad, pretensión heroica que distinguiría a la filosofía de las ciencias
particulares, como la matemática o la física, que acotan una parte de la
realidad, la extensión o las cosas físicas respectivamente, para someterla a investigación, asumiendo una
serie de presupuestos sobre ella y adoptando un método específico. A diferencia
de las ciencias particulares, a las que les es dado su objeto, la filosofía,
como decía Aristóteles, ha de buscarlo. Por ello, la filosofía es la ciencia
que se busca.
La filosofía, por pretender conocer
todo cuanto hay, se caracteriza por la suficiencia, completitud y ultimidad, a
diferencia de las ciencias particulares, que, aunque exactas, como las
matemáticas, no son suficientes ni completas, por estudiar una parte de lo real
y no todo cuanto hay.
La filosofía
se define, pues, por las notas de pantonomía,
pretensión de conocer todo cuanto hay, y autonomía,
por no asumir supuestos previos acerca de la naturaleza de lo que hay.
La filosofía se distinguiría de la mística, que pretendene conocer lo Absoluto, porque aquélla es teoría, conocimiento conceptual y enunciable de la
totalidad de lo real, mientras que ésta, renuncia a la teoría, al concepto y al
lenguaje para expresar el supuesto conocimiento de Dios. Por ello, mientras que
la filosofía dice el ser (ontología), la mística calla sobre el conocimiento
unitivo de Dios. A diferencia de la mística, pues, “la filosofía quisiera ser
un secreto a voces.”
C.- CRÍTICA Y SUPERACIÓN ORTEGUIANA DEL
REALISMO Y DEL IDEALISMO: LA
VIDA COMO REALIDAD RADICAL.
Ortega critica tanto el realismo
característico de la filosofía antigua y medieval, cuanto el idealismo de la
edad moderna, inaugurado por Descartes, considerándolos como posiciones
metafísicas unilaterales e insuficientes.
El realismo (Platón, Aristóteles, Sto Tomás) se caracterizaba por los siguientes supuestos ontológicos: 1) la
realidad es externa al sujeto que la
conoce y trascendente a él, 2) la realidad es independiente del sujeto, es decir, existe aunque el sujeto no la perciba, 3)
la realidad puede ser conocida por el sujeto, sensorial y/o intelectualmente,
consistiendo la verdad en la adecuación entre el pensamiento y la cosa.
El idealismo, que inaugura Descartes, a su vez, se basa en los
siguientes supuestos: 1) la realidad cuya existencia es indudable es el pensamiento, el sujeto pensante
(“pienso, luego existo"), 2) la realidad “formal” depende, es dependiente del
sujeto que la percibe, 3) en principio no sabemos a ciencia cierta si las ideas
que tenemos de las cosas (“la realidad objetiva”) se corresponden adecuadamente
a lo que las cosas son en sí mismas (“realidad formal”), 4) para Berkeley y el
idealismo, la realidad se reduce a idea, a pensamiento del sujeto.
Ortega analiza y critica los supuestos
ontológicos del realismo y del idealismo, considerándolos unilaterales, sólo
parcialmente verdaderos. Está de acuerdo con el realismo en la tesis que
sostiene que la realidad es externa
al sujeto que la percibe, pero discrepa de él cuando el realista sostiene que la realidad es independiente del sujeto. Está de
acuerdo con el idealismo cuando éste afirma la
existencia indubitable del sujeto pensante, pero discrepa de él, cuando
afirma que la realidad se reduce a idea, pues mientras que,v.g. el gato real
puede arañarnos, la idea de gato no araña. Por tanto, frente al idealismo,
Ortega defiende que las ideas que tenemos de las cosas, lo que Descartes
llamaba “realidad objetiva” son distintas de las cosas mismas “realidad formal”
cartesiana.
Nuestro autor concluye, pues, que no hay
que reducir el sujeto a mera cosa entre las cosas del mundo, como hacía el
realismo filosófico, ni los objetos a ideas del sujeto, como hacía el idealismo.
No existen sólo los objetos o cosas (realismo), tampoco existe sólo el sujeto y
las ideas de éste (idealismo), lo que realmente existe, la realidad radical, es
la coexistencia y la interdependencia del sujeto con el objeto, del yo y del mundo. El mundo de las cosas es y está ante el yo que los ve, el yo, el
sujeto, está en y ante los objetos que constituyen su mundo, rodeado por las
cosas del mundo. Yo veo los objetos del
mundo, sin ellos no existiría mi ver, no existiría el yo que los ve, pero sin
sujeto no existiría el mundo.
Ortega llama vida a la realidad radical, a la coexistencia e interdependencia
entre el yo y el mundo, entre el yo y
sus circunstancias y considera que
la filosofía ha de basarse en la realidad radical que es la vida y no meramente en las cosas del
mundo (realismo) o en el pensamiento o el yo (idealismo).
D.- ATRIBUTOS O CARACTERÍSTICAS DE LA VIDA
La vida es, pues, la realidad radical. La vida es más evidente que el
pensamiento (idealismo), que no es más que una función de la vida, que sirve al
viviente para orientarse en el mundo, para "saber a qué atenerse en él" y es más
evidente que el mundo (realismo), pues sin mi yo, las cosas no estarían ahí.
Por ello, la vida es el fundamento de la realidad y de la filosofía.
Pero la vida no es una realidad
abstracta y descarnada, sino concreta, personal e intransferible, es la vida de
cada cual. Por ello, la vida no puede ser conocida por las ciencias
particulares, como la biología, la psicología o la sociología, sino sólo por la
filosofía, que aportaría una perspectiva no reduccionista de la vida, la
realidad radical.
En “¿Qué es filosofía?”, el autor
madrileño atribuye a la vida las
siguientes características:
1.- La
vida es lo que somos y hacemos
Influído por el historicismo de Dilthey,
Ortega considera que el hombre no tiene naturaleza, sino historia,
considerando, de forma parecida a Marx, que el hombre es el producto de su
propia actividad práctico-productiva (praxis). Anticipándose a Sartre, quien
sostuvo que la existencia precede a la esencia, nuestro autor considera que lo
que llegamos a ser es el resultado de lo que hacemos y de lo que dejamos de
hacer.
2.- La
vida tiene un carácter evidencial
La vida es autoconciencia, conciencia de sí, como decían Hegel,
quien definía al hombre como un “ser para sí” y Sartre, quien lo definió como
“être pour soi”. La autoconciencia es lo que distingue al hombre de la piedra,
que no es consciente de sí misma. Aunque Ortega considera que la autoconciencia
se alcanza gracias a los otros.
3.- Vivir
es encontrarse en el mundo
“Vivir, es, en suma, dice Ortega, encontrarse a sí mismo en el mundo, ocupado con las cosas
y los seres del mundo”, como también mantuvo Heidegger, quien definió al
existente humano (“Dasein”= “estar ahí”)
por su “estar en el mundo” (in der Welt sein), mundo al que somos arrojados sin
nuestra previa anuencia.
4.- La
vida es posibilidad: fatalidad en la libertad y libertad en la fatalidad.
Una vez arrojados al mundo (la Geworfenheit
heidegeriana), se abren ante nosotros
varias posibilidades, podemos hacer varias cosas, pues la vida humana no está predeterminada como la
trayectoria de una bala una vez disparada por el fusil, sino que es
posibilidad, libertad condicionada por las circunstancias que nos ha tocado
vivir, pero no determinada por ellas, de modo que también la acción de las
personas puede modificar las circunstancias: “La vida es libertad en la
fatalidad y fatalidad en la libertad.”
5.- La
vida es decisión
Precisamente porque el hombre no
tiene una naturaleza o esencia fija e inmutable, sino que como decía Hegel “es
lo que no es y no es lo que es”, porque la vida humana es posibilidad, es
también decisión, tenemos que
decidir lo que vamos a hacer con nuestra vida y, en consecuencia, lo que vamos
a ser.
6.- La
vida es futurición y proyecto
Porque podemos y debemos decidir
qué queremos ser, nuestra vida consiste en anticipar y proyectar qué queremos
hacer y ser en el futuro, por lo que vivimos el presente anticipando nuestro
futuro.
7.- La
vida es preocupación
Debido a que queremos ser algo y a
que en cada instante tenemos que decidir qué hacer para conseguir el fin que
nos hemos propuesto, nuestra vida no es sólo ocupación sino preocupación:”En
cada instante tenemos que decidir lo que vamos a hacer en el siguiente, lo que
va a ocupar nuestra vida, es pues, ocuparse por anticipado, es preocuparse”.
E.- EL RACIOVITALISMO DE ORTEGA: LA
RAZÓN VITAL
La teoría de las generaciones
y el cambio histórico
La vida, la realidad radical, puede
ser la vida de un individuo, de un pueblo o de una generación. Por generación, el concepto más importante
de la historia, entiende Ortega: “una
variedad humana en el sentido riguroso que al concepto de variedad dan los
naturalistas. Los miembros de ella vienen dotados al mundo de ciertos
caracteres típicos, disposiciones, preferencias que les prestan una fisonomía
común, diferenciándolos de la generación anterior” Ortega. ¿Qué es
filosofía?.
En cada momento histórico conviven tres
generaciones: la generación joven, la adulta y la vieja: En todo presente”…coexisten
tres generaciones: los jóvenes, los hombres maduros, los viejos. Porque esto
significa que toda actualidad histórica, todo “hoy” envuelva en rigor tres
tiempos distintos, tres “hoy” diferentes, o dicho de otra manera, que el
presente es rico de tres grandes dimensiones vitales, las cuales conviven
alojándose en él, quieran o no”. O. ¿Qué es filosofía” Estas tres generaciones sustentan sus perspectivas diferentes de
la realidad, que por ser diferentes se encuentran en “esencial hostilidad”. Si Marx concebía el cambio social e
histórico como resultado de la lucha de
clases, Ortega interpretará el cambio histórico como efecto del conflicto intergeneracional: “”Hoy”es
para unos veinte años, para otros cuarenta y para otros sesenta y esto, que
siendo tres modos de vida tan distintos, tengan que ser el mismo” hoy”, declara
sobradamente el dinámico dramatismo, el conflicto y la colisión que constituye
el fondo de la materia histórica de la convivencia actual” Ibidem. A lo anterior se añade que en cada
una de las tres generaciones que conviven en cada momento hay una diversidad y
oposición interna entre la élite y
las masas. Así, cada generación:” …
no es un puñado de hombres egregios, ni
simplemente una masa: es como un nuevo cuerpo social íntegro, con su minoría
selecta y su muchedumbre, que ha sido lanzado sobre el ámbito de la existencia
con una trayectoria determinada”Ortega. El tema
de nuestro tiempo.
Las generaciones, que se suceden cada
quince años, contienen tanta identidad como diferencia, distinguiéndose en
ellas el grupo de los pro y el de los contra, los selectos y los vulgares. En
función de la actitud que cada generación adopta ante la circunstancia que le
ha tocado vivir y ante la tradición, surgen dos tipos de épocas: las cumulativas, caracterizadas por la
continuidad y las eliminatorias o
polémicas, marcadas por la ruptura, la heterogeneidad y la innovación
generacional.
Ideas
y creencias
Para vivir el sujeto viviente, sea un
individuo, una generación, un pueblo, tiene que interpretar la realidad, tiene
que pensar para saber a qué atenerse en relación al mundo y a la circunstancia
que le ha tocado vivir. Del pensar las circunstancias surgen las diversas
interpretaciones del mundo, el conjunto de ideas y creencias que configuran el
“horizonte vital o mundo”. Pero Ortega distingue entre ideas y creencias. Las ideas son los pensamientos que se nos
ocurren, ocurrencias más o menos verdaderas que podemos analizar, adoptar o
imitar. Las creencias están en
nosotros dando forma a nuestros pensamientos. Más que tenerlas nosotros, nos
tienen ellas a nosotros. Hasta cierto punto, dominamos nuestras ideas, pero
somos dominados por nuestras creencias, que son compartidas por los miembros
del grupo social. Constituyen el "sentido común" compartido por la comunidad de una determinada época. Creamos ideas cuando vacilan las creencias y aquéllas pueden convertirse
en éstas cuando llegan a ser aceptadas por la comunidad.
La razón vital
Inspirándose en Nietzsche (1844-1900),
G.Simmel (1858-1918) y el pragmatismo, influido a su vez por el evolucionismo
darwinista, concibe Ortega a la razón como una función de la vida, como un
instrumento al servicio de la vida: ”No
es, pues, la vida para la inteligencia, la ciencia, la cultura, sino al revés:
la inteligencia, la ciencia, la cultura no tienen más realidad que la que les
corresponda como utensilios de la vida”. La razón es la que ha creado la
cultura (religión, arte, filosofía, ciencia etc) como un instrumento al servicio de la vida,
pero en el curso de la historia de occidente, como consecuencia del
racionalismo de Sócrates, la cultura acabó por oponerse a la vida,
controlándola y dominándola. Para enmendar este error, Ortega propone crear una
nueva cultura biológica que, en lugar de oponerse a la vida, se ponga a su
servicio. Por ello, nuestro autor critica al racionalismo, que redujo la razón
a razón pura, al margen de la vida y propone una razón vital que esté al servicio de la vida, una razón afirmativa
de la vida y no negativa como en el budismo, que considera la vida como un mal
del que hay que sustraerse mediante el
nirvana, o el cristianismo, que devalúa la vida terrenal, o el progresismo, que
reduce el presente a mero tránsito hacía un futuro radiante.
Esta razón vital no es una realidad abstracta, es la razón de un sujeto
viviente que ha de interpretar su circunstancia para saber a que atenerse con
ella. Por ello, la razón vital es
una razón histórica, que ha de
interpretar mediante esquemas conceptuales las circunstancias en las que se
desenvuelven la vida de las personas, generaciones y pueblos, pero no es una razón extrahistórica que, como la hegeliana se cumpla
inexorablemente, de forma independiente a la voluntad de los individuos. La
razón vital orteguiana es, por ello, una razón
a posteriori., dependiente de la interacción, como decía Marx, entre los
hombres y las circunstancias.
F.- RACIOVITALISMO Y PERSPECTIVISMO: LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO
El perspectivismo,
la teoría del conocimiento de Ortega, se basa en su raciovitalismo, para el
cual, la realidad radical es la vida, en la que confluyen el yo y la
circunstancia, el sujeto y el objeto. El conocimiento es, pues una relación
entre el sujeto que conoce, el yo, y el objeto conocido, el mundo, la
circunstancia. Si falta uno de los polos no hay conocimiento. Pero como la vida
no es una realidad abstracta y ahistórica, sino que es la vida de un sujeto
real, histórico, que vive en un lugar y en una época histórica determinada, el
conocimiento que dicho sujeto tenga del mundo será sólo una perspectiva que le
mostrará ciertas facetas del mundo, pero no toda la realidad. El conocimiento
del objeto por el sujeto dependerá de la perspectiva desde la que aquél se
muestre a éste.
En “El tema de nuestro tiempo”, presenta
Ortega el perspectivismo como una
síntesis integradora y superadora de las verdades unilaterales del racionalismo y del relativismo. El relativismo sostiene que no hay verdades absolutas,
sino sólo relativas a las perspectivas subjetivas, posición que se autorrefuta,
pues si toda verdad es relativa, también será relativa dicha afirmación. El
racionalismo sostiene que hay una verdad absoluta e invariable, cosa que sólo
sería posible si existiese un sujeto absoluto, abstracto y ahistórico, pero tal sujeto absoluto no existe. El perspectivismo orteguiano sostiene
que no existe la perspectiva absoluta,
la verdad absoluta, desde la que pudiera juzgarse como ilusorias y falsas las
perspectivas de los individuos particulares y concretos, pues no existe tal
sujeto racional abstracto, ahistórico y absoluto que pudiera acceder a ella. Ortega
entiende, pues, que, si no existe dicha perspectiva absoluta de la realidad, el
conocimiento de la realidad circunstancial exigirá la integración de las
diversas y divergentes perspectivas que los diversos sujetos tengan de la
realidad:
“Todo conocimiento lo es
desde un punto de vista determinado. La species aeternitatis de Spinoza, el
punto de vista absoluto, no existe propiamente: es un punto de vista ficticio y
abstracto” Ortega. El tema de nuestro tiempo
“Cada vida es un punto de
vista sobre el universo. En rigor, lo que ella ve no puede verlo otra. Cada
individuo –persona, pueblo, época- es un órgano insustituible para la conquista
de la verdad. He aquí como ésta, que por
sí misma es ajena a las variaciones históricas, adquiere una dimensión vital.
Sin el desarrollo, el cambio perpetuo y la inagotable aventura que constituye
la vida, el universo, la omnímoda verdad, quedaría ignorada. El error
inveterado consistía en suponer que la realidad tenía por sí misma, e
independientemente del punto de vista que sobre ella se tomara, una fisonomía
propia. Pensando así, claro está, toda visión de ella desde un punto de vista
determinado no coincidiría con ese su aspecto absoluto y, por tal razón, sería
falsa. Pero es el caso que la realidad, como un paisaje, tiene infinitas
perspectivas, todas ellas igualmente verídicas y auténticas. La sola
perspectiva falsa es la que pretende ser la única” Ortega.
El tema de nuestro tiempo.
F)SOCIEDAD Y POLÍTICA
F)SOCIEDAD Y POLÍTICA
Interpretación aristocrática y elitista de la sociedad y de la historia
Ortega desarrolló una teoría elitista de la sociedad y de la historia en la línea de Pareto, Michels y Mosca, al distinguir en toda sociedad dos elementos heterogéneos: la minoría selecta, caracterizada por la calidad y las masas,caracterizadas por la cantidad:"La sociedad es siempre una unidad dinámica de dos factores: minorías y masas. Las minorías son individuos o grupos de individuos especialmente cualificados. La masa es el conjunto de personas no especialmente cualificadas. No se entiende, pues, por masa, sólo ni principalmente las "masas obreras". Masa es el "hombre medio"..."De este modo se convierte lo que era meramente cantidad-la muchedumbre- en una determinación cualitativa: es la cualidad común de lo mostrenco social, es el hombre en cuanto no se diferencia de los otros hombres, sino que repite un tipo genérico" Ortega. La rebelión de las masas.
Como se ve, la interpretación de la sociedad y de la historia orteguiana es radicalmente aristocrática, porque, no sólo dice que:"...la sociedad humana debe ser aristocrática", sino que afirma que:..."la sociedad humana es aristocrática siempre, lo quiera o no, por su esencia misma, hasta el punto de que es sociedad en la medida en que sea aristocrática y deja de serlo en la medida en que se desaristocratice". Ibidem.
La rebelión de las masas
En su célebre ensayo "La rebelión de las masas" (1927), Ortega considera que aunque las masas no deberían regir ni su propia vida, ni la sociedad, han llegado a la plenitud de su poderío social en el continente europeo con la "rebelión de las masas"".
La rebelión de las masas, considerada por Ortega como un proceso social resultado de la expansión de la democracia liberal y del industrialismo, posibilitado, a su vez, por el desarrollo de la técnica, considerada por Ortega como síntesis del capitalismo y de la ciencia, es un fenómeno ambivalente, en el que nuestro autor ve una "subida del nivel histórico" y un "aumento de la altura de la vida", consecuencia de la mundialización y que puede ser tránsito hacia una nueva y sin par organización de la humanidad o hacia la catástrofe.
Ortega caracteriza al hombre-masa y a la "vida vulgar" contraponiéndolos a la minoría selecta y a la "vida noble". La vida noble se caracteriza por el esfuerzo, por la disciplina, la autoexigencia, la obligación y la servidumbre a valores trascendentes, mientras que la vida vulgar del hombre masa se caracteriza por la autosatisfacción, por no exigirse nada a sí mismo, por la inercia, la comodidad y el conformismo. El hombre masa se caracteriza, además por los siguientes rasgos: es un hombre hecho de prisa, a base de unas cuantas abstracciones, por lo que es idéntico en las diferentes partes de Europa, carece de historia, está dominado por los "idola fori", los prejuicios de la plaza pública, carece de un yo íntimo, sólo tiene apetitos, cree que sólo tiene derechos, pero no obligaciones, padece el síndrome del niño mimado, es ingrato ante los que le han legado la herencia de confort de la que disfruta, sólo se interesa por los beneficios que le proporciona la ciencia, pero no por la ciencia en sí y considera fetichistamente, que la civilización es algo natural, olvidando el esfuerzo que ha costado crearla.
La rebelión de las masas consiste en que las masas, pese a la evidente ley de la "física social" de que la misión de las masas es ser dirigida por las élite, no aceptan su destino subordinado y se inmiscuyen en todos los asuntos que antes dominaban las élite.
Origen y naturaleza del Estado-Nación: nacionalismo y nacionalización.
Se ocupa también el liberal Ortega del Estad, al que considera una máquina creada por la sociedad para vivir mejor, pero que ha acabado por separarse y oponerse a la sociedad, a la que ha acabado por poner a su servicio. Así, el Estado se ha convertido en el peor peligro para la espontaneidad y la creatividad individual, pues cuando coinciden Estado y hombre-masa, éste cree que el Estado es cosa suya, por lo que le pedirá al Estado que le resuelva todos los problemas que se le presenten.
Aristotélicamente, describe Ortega el origen endógeno del Estado como resultado de la asociación de aldeas y comunidades naturales, pero lo define después como obra de la imaginación. "El Estado comienza por ser una obra de imaginación absoluta.La imaginación es elpoder liberador que el hombre tiene: Un pueblo es capaz de Estado en la medida en que es capaz de imaginar" Ibidem.
Ortega de adhiere a la noción de nación de Renan, definida por el historiador francés como ""plebiscito cotidiano", definiéndola más como "programa común a realizar", que por la sangre, el idioma o las "fronteras naturales, como el nacionalismo étnico romántico:"El Estado no es consanguinidad, ni unidad lingüística, ni unidad territorial,ni contigüidad de habitación. No es nada material, inerte, dado, limitado. Es un puro dinamismo -la voluntad de hacer algo en común- y merced a ello, la idea estatal no está limitada por término físico alguno" Ibidem.
Positivamente, Ortega define el Estado en los siguientes términos:"El Estado es siempre...la invitación que un grupo de hombres hace a otros grupos humanos para ejecutar juntos una empresa. Esta empresa...consiste a la postre en organizar un cierto tipo de vida en común. Estado y proyecto de vida, programa de qué hacer o conducta humana, son términos inseparables." Ibidem.
El autor madrileño contrapone nacionalismo, al que considera exclusivista, nostálgico, conservador y reaccionario, a nacionalización, caracterizada por el carácter inclusivo y por la tarea de superarlos Estados nacionales europeos, considerados por Ortega como recintos que confinan y reprimen la mayor libertad vital actual, que conservaría la pluralidad y la riqueza de éstos. En plena dictadura de Primo de Rivera y en un contexto histórico internacional caracterizado por la conquista del Estado italiano por el fascismo de Mussolini, en el que se está forjando el nazismo hitleriano en Alemania y el fascismo español (José Antonio Primo de Rivera fundo "El Fascio", la revista de Falange en 1933, y por el temor de la burguesía internacional a la extensión de la Revolución Comunista, Ortega manifiesta su fe en la idea de construir Europa como un Estado nacional, advirtiendo que sólo este proyecto puede oponerse al triunfo del comunismo de los planes quinquenales.
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